Carta del Lector

La posibilidad de la minería

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Desde siempre se ha cuestionado si la minería debería ser explotada o no, y en estos días el dilema se ha agravado entre las opiniones en pro y en contra y ante el anuncio del Sr. Presidente de la Nación, de que en Chubut deben explotarse los proyectos ya existentes y que al parecer darían nuevo empuje a la economía provincial. Tal así las cosas, debemos preguntarnos si realmente es conveniente esa planificación si hay tantas opiniones desfavorables. Entonces comienzan a manifestarse la conveniencia de tal actividad, y para eso debemos partir de los antecedentes que existen. No hay dudas de que si no se hubiera explotado la minería no tendríamos muchas de las cosas que hoy hay y de la que disfrutamos día a día, tales como el acero, el cobre, el aluminio, etc., etc. lo que permiten construir y fabricar inmensas clases de objetos que hoy usamos.
¿Que se cuestiona por parte de los que se oponen a su explotación? Principalmente las posibilidades de contaminación, que por cierto son posibles si no se hace un manejo adecuado de los trabajos de extracción y de los que lamentablemente hay antecedentes. Desde ya que si existieran los controles  necesarios, tanto en el uso de elementos como de la explotación en si, no sería tan difícil inclinarse por aceptar su extracción, pero conociendo sobre todo en nuestro caso las deficientes tareas de control, tanto en uso como el cegar la vista ante incalificables tratos comerciales, la duda existe.
Uno de los inconvenientes también es la transformación del paisaje, donde casi seguro quedará un pozo de grandes dimensiones que será difícil disimular, aunque como ha ocurrido en algún lugar como veíamos en Estados Unidos, donde se mejoró uno de estos emprendimientos rellenando el lugar convirtiéndolo en un matorral de vegetación, pero pensándolo bien ¿Podrá lograrse eso en otros lugares? 
En cuanto al agua ni que hablar, ese vital elemento para la vida del ser humano que cada vez escasea más, si es empleado por la minería que lo precisa en grandes cantidades, estaremos ante una catástrofe inimaginable.
Por cierto que ante la falta de información conveniente, sobre todo a la población, el dilema existe y muchas cosas se hacen y dicen por las dudas, pero que dejan también muchas preguntas sin respuesta, convirtiéndose en la barrera que no deja ver el paisaje. Por ello debe pesarse en la balanza los más y los menos, y actuar en conveniencia para evitar males mayores.  Mientras tanto debemos ser realistas a los momentos que vive la humanidad en un contínuo ataque al planeta con la contaminación ambiental. ¿Debemos volver al tiempo de las cavernas, donde todo era sencillo y natural o al mundo que hoy conocemos con sus defectos, pero con amplias ganas de aprovechar lo que hoy tenemos, aunque esto termine perjudicándonos como ya está ocurriendo con el plástico por ejemplo. Este es el dilema: Hacer o no hacer.
Los próximos tiempos serán de debate y esperemos que primen las buenas intenciones para solucionar el problema y terminar en lo más conveniente para todos y para nuestra calidad de vida.
 

 

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