Regionales

Las plagas

 El mundo ha sufrido a través de los tiempos de una variedad de plagas o pestes que en su momento lo han atormentado.

Tal es así que desde lo comentado en el Antiguo Testamento y también el Torá, las diez plagas de Egipto produjeron alteraciones y cambiaron la historia, y si bien hay registros generales de todos esos males, los más importantes fueron, en 1300 y 1400 cuando se produjo lo que se llamó la peste negra o peste bubónica que arrasó con algo así como la tercera parte de las personas en Europa y entre 40 y 60 millones en Africa y Asia, cifras importantes para aquellos años. La fiebre amarilla que apareció  en principio en Africa allá por los años 1800 dejó miles de muertos. Entre 1889/90 la gripe rusa también contabilizó un número importante de población. En las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, la conocida como gripe española avanzó de tal manera que dejó unos 50 millones de muertos y más de 500 millones de infectados. Más recientemente en el tiempo la gripe asiática en 1957, la de Hong Kong entre 1968 Y 1970, y la gripe porcina entre 2014/15 también dejaron lo suyo, pero algunas enfermedades infecciosas como el sida, el ébola, el hantavirus, la tuberculosis, que si bien pareciera se estabilizan no dejan de ser una preocupación, y otras que perduran en el tiempo y aún continúan y cada tanto nos recuerdan su permanencia.
 Hoy el planeta vive conmocionado ante el coronavirus que ha despertado el alerta en todos sus habitantes y muchos países sufren sus efectos y se llama a estar alerta para contribuir a su control en alguna medida, ante el avance de algo que aún no puede ser controlado, para lo cual se requiere la participación comprometida de todas las personas vivas y los gobiernos que sufren la plaga, y que hacen esfuerzos inimaginables para contener su avance, también con medidas extraordinarias que indudablemente alteran la normal forma de vivir. En este aspecto la Argentina rápidamente y ante su propagación, toma recaudos para prevenir males mayores, y es así que el llamado a la población a resguardarse del mal, moviliza a personas e instituciones para atacar el avance de la pandemia, produciendo el llamado de alerta ante lo imprevisible.
 Indudablemente toda esta problemática altera la normal costumbre de hacer una vida al estilo argentino, razón por la cual muchos no se percatan del grave problema y evaden las responsabilidades, mientras numerosas personas desde diferentes ámbitos trabajan, y en algunos casos arriesgan su vida en procura de hacer frente a la emergencia. Loable tarea de aquellos comprometidos que deben ser motivo del reconocimiento general, pero a los que nosotros tenemos que acompañar, acatando las recomendaciones que desde el gobierno se imparten para lograr que el impacto sea lo menos severo. Una ciudadanía responsable es lo que se nos pide para nuestro beneficio y el de todos, por ello debemos sumarnos a las medidas señaladas para tratar de que el mal no avance y pueda ser controlado. De nosotros depende colaborar. Quedate en casa es la consigna.
                                                                   
 

 

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