El legado submarino de San Martín en Madryn: La increíble historia de la hélice del Vapor Villarino
En las entrañas de nuestra ciudad yace un tesoro histórico que nos conecta con uno de los capítulos más trascendentales de nuestra nación.
por REDACCIÓN CHUBUT 16/08/2025 - 20.16.hs
La hélice majestuosa que adorna el cruce de las avenidas Roca y Gales no es solo un adorno urbano; es un símbolo tangible de la epopeya que marcó el retorno de los restos del General José de San Martín a suelo argentino.
Hoy se conmemora nuevamente el aniversario del paso a la Inmortalidad del Prócer José de San Martín. La hélice que está en la costa de puerto madryn es un pedazo de historia sanmartiniana que tenemos en la ciudad. Esa hélice perteneció al buque que en su viaje inaugural trajo los restos de San Martin al Río de la Plata. Y es que efectivamente la hélice del Buque que se encuentra hace años en el cruce de la Avenida Roca y Gales, es nada más ni nada menos que la hélice del buque “Vapor Villarino” que trajo los restos del General José de San Martin al país desde Francia, luego de 30 años de su deceso.
Fue un grupo de buzos locales quienes se internaron en las costas del Atlántico y lograron sacarla del mar, luego de haber permanecido bajo el agua 70 años desde el hundimiento del buque. El Vapor Villarino fue el primer transporte de la Armada Argentina en la Patagonia, que el 28 de mayo 1880 trasladó sus restos a Buenos Aires desde Boulogne Sur Mer, Francia. Luego de la liberación del Perú, San Martin se exilió en Francia donde muere y 30 años después son traídos sus restos al país para que descansen en Buenos Aires, como había expresado en su testamento.
En el año 1899 el barco “Vapor Villarino” fue despedazado totalmente luego de ser alcanzado por un violento temporal sobre las restingas de las Islas Blancas en Bahía Camarones. La hélice ubicada junto al Escrófalo de la ciudad, fue recuperada en mayo de 1976 por integrantes de la Asociación de Buceo “Hermandad del Escrófalo”.
“La hélice esta acá gracias a los buzos de la Hermandad del Escrófalo y es un símbolo muy importante para recordar la historia de San Martin”, expresó el presidente de la Asociación Sanmartiniana, Carlos Pascuariello. Con un pasado que se remonta a los albores del siglo XIX, esta reliquia marina perteneció al legendario Buque Vapor Villarino, el navío que, en su histórico viaje inaugural, trajo consigo los restos del Padre de la Patria desde tierras francesas, donde había reposado durante tres décadas tras su fallecimiento.
El rescate de esta pieza única fue obra de valientes buzos locales, quienes desafiaron las profundidades del Atlántico para devolverla a la superficie después de setenta años de reposo submarino, desde el fatídico hundimiento del Vapor Villarino. Aquella nave, precursora del transporte naval de la Armada Argentina en la Patagonia, cumplió su misión histórica el 28 de mayo de 1880 al trasladar los restos de San Martín desde Boulogne Sur Mer, Francia, hasta Buenos Aires, tal como lo dispuso el ilustre general en su testamento, tras su exilio y fallecimiento en suelo francés, tras la liberación del Perú.
El destino caprichoso del Vapor Villarino lo llevó a su desaparición total en 1899, cuando un fiero temporal lo arrojó contra las rocas de las Islas Blancas en Bahía Camarones. Sin embargo, su hélice, testigo mudo de glorias pasadas, fue rescatada en mayo de 1976 por miembros intrépidos de la Asociación de Buceo «Hermandad del Escrófalo», quienes, hace ya 49 años, la rescataron del olvido marino para erigirla como un monumento a nuestra historia.
Este ícono histórico, custodiado junto al complejo del Escrófalo de la ciudad, representa mucho más que un objeto material; es un recordatorio eterno de los sacrificios y las gestas de quienes forjaron nuestra identidad como Nación. Su presencia invita a reflexionar sobre el legado de San Martín y a honrar su memoria en este Mes del Libertador, una celebración que cobra vida en nuestros colegios y comunidades.
Bajo el impulso de la Asociación Sanmartiniana, catorce establecimientos educativos, desde el nivel inicial hasta el primario, se suman a esta conmemoración, llevando a cabo una jornada especial dedicada a difundir la vida y obra del General. Réplicas de objetos históricos, como el poncho obsequiado por los Pehuenches al Libertador, el morrión de los granaderos y la icónica réplica del Sable Corvo, son llevados a las aulas para acercar la historia de San Martín de manera dinámica y entretenida a las nuevas generaciones.
Estas piezas, que hoy reposan en museos, cobran vida en las manos de los estudiantes, convirtiéndose en herramientas para explorar nuestra identidad nacional de manera más vivencial. A través de esta iniciativa, se busca no solo transmitir conocimiento, sino también despertar el interés y el orgullo por nuestra historia entre los más jóvenes, sembrando las semillas de la admiración por aquellos que forjaron el destino de nuestra nación.
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