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Asombrosa inconsciencia de la humanidad (X)

La humanidad también en el espacio deja su rastro. El planeta Tierra tendrá en poco tiempo un anillo propio similar al de Saturno. Según advirtió el profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Utah, Estados Unidos, Jake Abbott, el anillo se producirá por la gran cantidad de basura espacial existente.

La humanidad también en el espacio deja su rastro. El planeta Tierra tendrá en poco tiempo un anillo propio similar al de Saturno. Según advirtió el profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Utah, Estados Unidos, Jake Abbott, el anillo se producirá por la gran cantidad de basura espacial existente.

 

         La Agencia Espacial Europea (ESA) estima en 170 millones la cantidad de piezas de desechos en órbita, y el Departamento de Estado calcula más de 220 millones. Encima se prevé que irá aumentando debido a los futuros lanzamientos y misiones en el marco del auge de la carrera espacial.

 

         El anillo de chatarra espacial estará constituido por objetos artificiales, restos de naves espaciales y satélites sin uso que orbitan alrededor del planeta a 20.600 km/h de velocidad.          

 

         El 11 de noviembre último la nave Endurance de SpaceX arriesgando el cruce del anillo de basura, llegó, por fortuna, sin contratiempos a la Estación Espacial Internacional (EEI) con una mujer a bordo, Kayla Barron, de la NASA, y tres hombres, Raja Chari y Tom Marshburn, estadounidenses, y el alemán Matthias Maurer, para una misión científica de seis meses. La nave completó su arriesgado viaje, atracó y quedó anclada a la EEI.

 

          Cuatro días después, el 15 de noviembre Rusia hizo estallar un satélite propio, lanzando un misil antisatélite de ascenso directo contra uno de sus propios satélites. Llevó a cabo así, imprudentemente, un experimento de destrucción de un satélite obsoleto, que generó miles de escombros en el espacio, puso en peligro a la tripulación de la Estación Espacial Internacional y la obligó a refugiarse en sus naves de regreso. "Algunos de estos desechos fueron lanzados bastante lejos del satélite, por lo que probablemente estén incluso en otras partes del espacio que tenemos que ir a comprobar", dijo el científico Ceperley. Esos restos amenazan con afectar a cientos de satélites comerciales, incluidos los de SpaceX. La irresponsabilidad parte de las crecientes tensiones entre Rusia y Estados Unidos, que promueven la escalada de armamento en el espacio.  

 

          Estados Unidos está planeando nuevos sensores de defensa antimisiles en el espacio, que        Rusia y China, probablemente, percibirían como una amenaza directa.

 

           Rusia, ¿es inconsciente o irresponsable? Sucede que China en 2007, Estados Unidos en 1985 y 2008 e India en 2019, habían efectuado también pruebas similares en el espacio ultraterrestre. Los restos de la prueba estadounidense, de 1985, tardaron más de una década en descomponerse, y los de la segunda de 2008, más de un año. Mientras tanto, aún quedan 2735 piezas de la controvertida prueba china de gran altitud de 2007. Solo queda una pieza en órbita de la prueba antisatélite de la India de 2019, que produjo 131 objetos rastreados en ese momento, pero como se realizó a una altitud bastante baja, se descompusieron rápidamente.

 

           Entonces es mucho más que Rusia, es la humanidad, la inconsciente, la irresponsable.

 

           El 30 de noviembre debió ser aplazada una salida de la Estación Espacial Internacional. Dos de sus astronautas iban a salir para reparar antenas dañadas por la basura espacial en la zona. "Ante la imposibilidad de evaluar correctamente el riesgo que podría suponer para los astronautas, los equipos decidieron posponer el evento previsto hasta tener más información", subrayó funcionario de la NASA.             

 

           Una empresa que utiliza radares para rastrear objetos en el espacio, con el fin de evitar colisiones, había identificado un total de 243 nuevos desechos de magnitud considerable, en órbita alrededor de la Tierra, originados por la prueba de misil antisatélite que Rusia había lanzado dos días antes. En las próximas semanas, científicos, inversores y responsables políticos vigilarán la propagación de la nube de desechos que, como dijimos, obligó al personal a bordo de la Estación Espacial Internacional, a 400 kilómetros de la Tierra, a ponerse a cubierto en sus escotillas.

 

        Funcionario de una compañía que opera una constelación de 200 satélites para la observación de la Tierra a unos 500 km por encima de la Tierra, dijo que estaba trabajando para entender los riesgos potenciales del aumento de los desechos y pidió la prohibición de este tipo de pruebas, añadiendo que el lanzamiento ruso se sumó a "una tendencia preocupante e irresponsable"

 

         El último 5 de enero se vio en el cielo de Nueva Zelanda lo que, se supone, quedaba de un satélite ruso. En las redes se apresuraron a difundir el raro hecho, generando casi una «histeria colectiva». Miles publicaron imágenes y vídeos del objeto reluciente que caía del firmamento al final de la tarde. El cosmólogo teórico Richard Easther, jefe de física de la Universidad de Auckland, manifestó que estaba seguro era el satélite ruso Kosmos 2430. Abona esta hipótesis el hecho de que el satélite estaba pasando por Nueva Zelanda a la hora en que apareció el desconocido objeto reluciente y, además, que los observadores reportaron luego su ausencia. Si hubiera sido un descenso controlado, habría sido maniobrado para sumergirse en el Océano Antártico: «Los rusos perdieron el control», manifestó Easther.

 

        Ya había 3158 piezas de desechos rastreables en órbita como resultado de pruebas armamentísticas anteriores, de un total de 18.646 objetos rastreados en el espacio. El número de restos "rastreables" causados por la explosión rusa superará los 1500, junto a cientos de miles de piezas más pequeñas que aún podrían destrozar un satélite. Si esa cifra es exacta, aumentaría en cerca de la mitad el total actual de desechos espaciales rastreables causados por las pruebas de armamento, dijo un astrofísico del Centro de Astrofísica de Harvard y del Smithsonian que rastrea los materiales.  Algunos restos del satélite de 1750 kg., explotado por Rusia, podrían tardar más de 15 años en descomponerse.

 

No siempre es inconsciente la humanidad,

 

en la mayoría de las ocasiones es

 

¡IRRESPONSABLE!

 

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