Una muestra itinerante que une ciencia, educación y juventud para cuidar el mar
En Chubut, la conservación dejó de ser un proyecto fijo para transformarse en una experiencia que viaja. La muestra itinerante que ya pasó por la Legislatura en Rawson y, luego, por Rada Tilly, “socializa” la reciente ley que protege siete especies marinas. Pero el foco no es repetir el decreto: es convertirlo en vivencia.
por REDACCIÓN CHUBUT 25/10/2025 - 10.55.hs
Las siete especies declaradas Monumentos Naturales son: Petrel Gigante del Sur, Tonina Overa, Tiburón Gatopardo, Ballena Sei, Lobo Marino de Dos Pelos, Pato Vapor (cabeza blanca) y Ballena Jorobada.
“Esta ley no es sólo una declaración simbólica: implica un compromiso real con la conservación, la educación ambiental y la participación comunitaria”, subraya la diputada Andrea Aguilera, impulsora de la norma. Su equipo trabajó “codo a codo con Rewilding Argentina y la comunidad científica” para que la selección de especies y las estrategias de protección tengan “evidencia técnica, datos de campo y conocimiento local”.
El resultado fue contundente: paneles claros, charlas de especialistas y una experiencia sonora para “escuchar” el mar: acercar a quien nunca vio un lobo, una ballena o un tiburón en libertad al pulso real de la costa.
Juventud en movimiento: del aula a la política pública
La coordinadora de Proyecto Patagonia Azul, Mariana Cassini, lo baja a tierra: “La idea es llevar estas especies a diferentes eventos alrededor de la provincia, para que la gente conozca la ley, sus valores de conservación y por qué nos importa que estén vivas y sanas”.
Y suma una apuesta generacional: el Club del Mar, un grupo de jóvenes de Camarones pensado para expandirse por toda la provincia y empujar políticas públicas, no quedarse sólo en la educación. La muestra, además, convoca a emprendimientos locales (como Habitats del Mar de Comodoro), fotógrafos de la provincia, y un panel educativo que piensa cómo entrar a escuelas y centros culturales.
Un océano sano como infraestructura
“Necesitamos un océano sano para poder vivir: que dé trabajo, comida, oxígeno y servicios ecosistémicos”, insiste Cassini. Esa frase ordena todo: la conservación no como prohibición, sino como infraestructura natural que sostiene economías y futuros. Aguilera lo enlaza con mirada estratégica: “Conservar es proyectar futuro: es turismo sostenible y empleo verde. Y conocer es el mejor camino para proteger”. Por eso el calendario sigue: más escalas en la provincia y el plan —ya en carpeta— de llevar la muestra a otras jurisdicciones, incluida Buenos Aires.
Lo que viene: planes de manejo y más territorio
La Secretaría de Ambiente deberá diseñar los planes de manejo que bajen la ley al terreno: tránsito de embarcaciones, buenas prácticas de avistaje, monitoreo, articulación con municipios y comunidad científica. La política, la ciencia y los jóvenes ya están sentados a la misma mesa. Falta lo más importante: seguir llevándolo al territorio, a las aulas, a los muelles, a las ferias y a los inviernos con viento.
Chubut encontró un enfoque que no repite la ley, la camina. Con ciencia que explica, jóvenes que empujan y una costa que ofrece múltiples posibilidades, la provincia busca ir más allá y construir una narrativa con un relato común que busca cuidar del mar y vivir de él.
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