Buceo en Camarones

El paraíso submarino que se esconde bajo las aguas de Chubut

Hay lugares en el mundo que envuelven con su magia, desafían con su carácter y, al final, dejan una marca indeleble en el alma. Para José Luis Orlando, ese lugar es Camarones, un rincón patagónico de Chubut, donde el Atlántico Sur besa la costa con una fuerza indomable y una belleza salvaje. Su historia es la de un hijo pródigo que busca compartir el secreto mejor guardado de su tierra natal: un paraíso submarino esperando ser descubierto.

por REDACCIÓN CHUBUT 13/09/2025 - 09.43.hs

La voz de José Luis Orlando suena orgullosa, curtida por el viento y la sal. "Soy nacido y criado en Camarones", declara con un tono que evoca recuerdos de infancia, juegos en la playa y un mar que siempre estuvo ahí. Su encuentro con el buceo, allá por 2009, fue un flechazo inesperado. "Con Alejandro Balado, un buzo e instructor amigo, tuve mi primera experiencia acá en las costas de Camarones. Sentí sensaciones hermosas: paz, tranquilidad, y una pizca de ansiedad por explorar este mundo nuevo que estaba conociendo".

 

Salto al azul: un desafío helado

 

Y es que bucear en Camarones es una experiencia en sí misma. Las bajas temperaturas del agua, incluso en verano, y la bravura del mar hacen que sea un desafío que exige respeto y preparación. Pero, como todo lo que cuesta, la recompensa es inmensa. "Esto también hace que Camarones tenga su atractivo particular", explica José Luis. "Lo que lo distingue de otros lugares reconocidos en la zona es que acá todo lo que vas a encontrar buceando está en su estado natural. No hay nada creado por el hombre".

 

En esta parte del mundo, el buzo puede descender a las profundidades del Atlántico y ver un ecosistema vibrante, natural, prístino, donde la vida marina florece en su estado más puro. 

 

Caracoles de colores vivos, estrellas de mar de todos los tamaños, anémonas que se mecen al ritmo de las corrientes, bosques de algas donde la luz del sol dibuja filigranas mágicas, pulpos escurridizos, salmones plateados y cardúmenes de cornalitos que brillan como plata líquida. Todo esto, en el hábitat natural que les pertenece.

 

Rayos de Luz en Bosques Submarinos: La Magia de Camarones

 

José Luis transmite su pasión al describir una de sus más atesoradas experiencias. "Cuando hay buena visibilidad, estás en un bosque de algas, mirás hacia arriba y ves cómo entran los rayos de luz. ¡Es una sensación hermosa! Hay que vivirlo para entenderlo". Su ímpetu es contagioso. Su voz transmite la magia del mundo submarino, la paz que se encuentra en el silencio de las profundidades, la conexión con la naturaleza en su estado más salvaje.

 

Esa mística del mar lo llevó también a vivir experiencias que quedaron grabadas en su memoria. Una de ellas fue junto a su amigo y mentor, Eugenio “el Tano” Borsi: juntos colocaron una placa en el vapor Villarino, hundido frente a la Isla Blanca, cargado de historia para la zona. Más tarde, colaboró en la creación de las tres Áreas de Turismo Submarino habilitadas hoy en la Bahía de Camarones.

 

Pero hay algo muy importante que sobresale entre todas sus experiencias. “Una de las mejores cosas que me pasó fue poder bucear con mi hijo, con mi hija y con mi pareja. Vivir esos momentos con ellos es realmente hermoso”, remarcó.

 

Un proyecto que late

 

Ahora José quiere dar un paso más: junto a un grupo de amigos planea abrir un operadora de buceo, que sería la única de Camarones. La idea es simple pero poderosa: que turistas y habitantes locales puedan descubrir con seguridad y acompañamiento ese universo que vibra bajo la superficie. “Cada vez viene más gente a Camarones atraída por el turismo de naturaleza, y el buceo es parte de esa propuesta”, dice con entusiasmo.

 

La apuesta no es menor: convertir a Camarones en un destino de referencia para quienes buscan experiencias auténticas en contacto con el mar. “Siempre recomiendo animarse —invita José—. El buceo te marca para siempre, te abre los ojos a un mundo increíble. Eso sí, con buen equipo y buenos instructores para poder disfrutarlo tranquilos y seguros”.

 

Su visión es clara: ofrecer experiencias seguras, educativas y respetuosas con el medio ambiente, que permitan a los visitantes y a la gente del pueblo que nunca lo experimentó, descubrir la belleza oculta de las profundidades de Camarones. 

 

Un legado

 

En las palabras de José late algo más que la pasión por una actividad: está la visión de alguien que quiere compartir con el mundo la riqueza de su lugar. Camarones no ofrece artificios ni decorados; ofrece la verdad de un mar indómito y generoso. Y en esa verdad, hombres como él encuentran un propósito.

 

Quizás por eso, cuando habla de su proyecto, su voz suena como quien describe un sueño posible: un pueblo que crece, un mar que se deja mirar, un futuro en el que el turismo y la naturaleza caminan juntos. Un legado que, como los bosques de algas iluminados por la luz, invita a mirar hacia arriba, hacia lo que viene.

 

Por Diego Crova

 

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