Carta del Lector

Los desechos nucleares de St. Louis todavía causan aborrecimiento

Tiempo de lectura 4 minutos

En St. Louis, Missouri, se llevó a cabo secretamente la refinación del uranio extraído en el Congo para el desarrollo de las cuatro primeras bombas atómicas del mundo, en 1942.

La primera de esas cuatro, llamada Trinity, se probó en territorio norteamericano en julio de 1945, las dos siguientes se arrojaron en Japón, en agosto y la última causó males históricos, pero hoy no hablaremos de estas bombas sino de lo que quedó en St. Louis.

 

Kay Drey, ambientalista, investigadora, activista antinuclear y miembro emérita de la junta de Beyond Nuclear en St. Louis, es reconocida por su llamado de atención, que comenzó en la década de 1970, para advertir sobre los peligros para la salud pública de los desechos nucleares generados por la empresa Mallinckrodt en el centro de St. Louis, llamado de atención que se convirtió en lucha, que todavía dura hasta el día de hoy.

 

Esta fotografía forma parte de la Colección Kay Drey Mallinckrodt (1943-2006), fruto del trabajo de investigación, de la ambientalista, donado y archivado por la Sociedad Histórica del Estado de Misuri.

La foto, tomada en 1960, muestra los bidones de acero deteriorados de uno de los más de 82 vertederos peligrosos de la empresa Mallinckrodt, que contienen residuos radiactivos nocivos. Este vertedero se encuentra cerca de Coldwater Creek, en los yacimientos Mallinckrodt-St. Louis, y es el tema del podcast "On Point" sobre el envenenamiento de las comunidades río abajo y a sotavento.

 

Han pasado 83 años y “aún no sabemos qué hacer con la primera taza”.
Al hablar de los residuos radiactivos más antiguos de la era atómica del país, Kay nos advierte que, tras 83 años y la creciente generación de residuos nucleares provenientes de bombas atómicas y energía nuclear, "aún no sabemos qué hacer con la primera taza". 

 

Este mismo cementerio radiactivo sigue enfermando a los residentes. Hombres, mujeres y niños siguen muriendo por las emisiones radiactivas cancerígenas que se filtran del suelo contaminado a las aguas subterráneas y se forman con las partículas arrastradas por el viento y el gas radón.

 

Y pensar que los intereses de la industria nuclear planean triplicar la producción de energía nuclear, según lo resuelto en la cumbre climática COP28 de Dubai, llevada a cabo en diciembre de 2023. En ella Veinte países acordaron triplicar su capacidad de energía nuclear hasta 2050 para luchar contra el cambio climático.

 

El argumento de que la energía nuclear es necesaria para luchar contra el Cambio Climático es absolutamente falso. Como esta patraña es demasiado evidente y ha sido muy denunciada, ahora la industria nuclear dice que es imprescindible para satisfacer las crecientes necesidades de los Centros de Datos de los que se alimenta la Inteligencia artificial.

 

Además, en la referida cumbre, de los residuos nucleares no se ha dicho ni ¡MU!

 

En próximas notas mostraremos las consecuencias del abandono de este vertedero de desechos nucleares y qué pasó con la cuarta bomba atómica que no fue detonada. 

 

¿Querés recibir notificaciones de alertas?