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Ricardo Lualdi, hijo del primer pianista de la ciudad de Trelew

Lualdi nos transporta al Pueblo de Luis de los años '30. Descubrí cómo era la vida en una ciudad pequeña, con calles de tierra y autos escasos. Explorá La Anónima y conocé la historia del piano en el Teatro Verdi, donde la música en vivo se fusionaba con las películas silenciosas.

por REDACCIÓN CHUBUT 01/10/2023 - 18.22.hs

Música popular. Ricardo Emilio Lualdi, pianista, junto a Bennet Williams (bandoneón).

 

La ciudad vieja

 

“Trelew en el año de '34 '35 tenía cinco mil habitantes… Las calles eran de tierra; había edificios viejos, uno de ellos fue el Touring Club, que fue el hotel al que llegó mi padre en el año '21. Pero el Trelew de entonces era muy chico, era de poco movimiento, habría, a ojo de buen cubero, 40 o 50 coches, y eran todos cuadrados, vetustos, viejos, y unos estaban en el taller, otros estaban en el garaje. Veías un coche y era una rareza. Hoy no se puede aparcar en ninguna parte de la ciudad por la cantidad de coches que hay… Pero eran otros tiempos. Yo conocí un montón de negocios y particularidades de Trelew. Conocí la cancha vieja de futbol de Independiente, que estaba donde está hoy la Escuela N.º 123, en San Martín y Edison. Me acuerdo de la cancha de Racing, donde hoy en día está Perrén”.

 

Un semáforo ahí. El tránsito en una ciudad que crecía.

 

La Anónima

 

“La Anónima vieja, que todavía está el edificio, tenía cuatro paredes. En una estaba la carnicería, en otra estaba la fiambrería, después estaba la ferretería. En la parte de atrás que está sobre la calle de la Madrileña, ahí estaba la tienda que la manejaba el famoso ‘viejo Flores’, le decían ‘viejo Flores’ porque era un hombre viejo de pelo blanco. Y después en la otra parte estaba la tienda, la zapatería, que la manejaba un tal Yabrés”.

 

Los abuelos del Hiper. Los empleados y personal jerárquico de La Anónima, en una foto de 1930.

 

Las casas bajitas

 

“Y las casas, me acuerdo de que había de todo tipo, había bajas, chicas, pero altas ninguna. El único edificio alto de tiempos antiguos fue el del Banco Nación de Trelew. Al Banco lo hicieron en el año 1918. Solo que en ese tiempo era una casa de piedra, una casa revestida de piedra por afuera, una casa como esta, común y silvestre”.

 

Plata segura. El primer Banco Nación, una casa de piedra. (Colección Pérez Medel)

 

Mi recuerdo preferido. Tocar en la oscuridad

 

“Me acuerdo cuando mi papá (Ricardo Emilio Lualdi) me contaba que vivía en el Touring Club, que trajo a mi madre en el 33, convivían y comían en el Touring Club. En el rincón del fondo había una tarima, un piano, y en ese tiempo los equipos electrónicos eran insuficientes, entonces tocaba el piano suavemente durante la cena. Ahí con eso tenía manutención para los dos, porque no pagaba hotel, y le resultaba medio caro el mediodía y la noche.

 

Había días que venían de San Antonio Oeste las películas de esos tiempos que eran sin sonido. Entonces mi padre tocaba en el Teatro Verdi mientras se rodaban las películas. Siempre decía que era difícil la profesión de él porque tocar en la oscuridad y tocar piezas que se adaptaran, improvisadas, era muy complicado.

 

A veces, empezaba con algo romántico y de golpe tenía que cambiar en la oscuridad. Era una cosa dificilísima; tenía que tener un repertorio muy grande.

 

Después claro, en el año 31 apareció la primera película sonora, entonces él se quedó sin trabajo, ya no hacía falta y pidió en el Conservatorio Fracassi que le diera la representación, que estaba por la calle Italia”.

 

 

 

 

 

 

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