Especialistas registran cambios en los patrones migratorios de ballenas tras una década de monitoreo
El proyecto colaborativo inició su décima temporada de investigación para conocer las rutas migratorias y las áreas clave que utiliza la ballena franca austral en los golfos norpatagónicos y el Atlántico Sur.
por REDACCIÓN CHUBUT 22/11/2025 - 21.35.hs
El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) participa en esta nueva temporada del proyecto colaborativo Siguiendo Ballenas, que utiliza tecnología satelital de vanguardia. En esta décima campaña, se equiparon 30 individuos con dispositivos satelitales. Actualmente, 14 continúan transmitiendo información, lo que permite conocer en detalle los movimientos y recorridos de los individuos monitoreados.
De las ballenas con transmisores activos, 8 permanecen aún en el Golfo Nuevo -como Silicon, Aluminium y Carbon– y 6 iniciaron su viaje fuera del área reproductiva de Península Valdés -como Iron, Sodium y Argentum.
Tecnología satelital para conocer y proteger
El seguimiento satelital permite analizar el comportamiento de las ballenas en las áreas de reproducción y cría, la velocidad y distancias de los desplazamientos diarios, las áreas clave para su alimentación y ciclo de vida en el Océano Atlántico Sudoccidental y en los mares subantárticos. Esta información es valiosa para conocer más sobre la especie y para verificar si sus principales zonas de uso se solapan con actividades humanas, como la pesca, la extracción de hidrocarburos o el transporte naviero, y así elaborar recomendaciones para mitigar posibles impactos.
Se utiliza la tecnología más segura para garantizar la salud y el bienestar de los animales; los dispositivos se desprenden sin generar daños y, en cada temporada, se incorporan avances que permiten contar con transmisores cada vez más pequeños y de mayor duración, lo que brinda una mejor escala de recorridos y de información asociada.
Los transmisores satelitales de larga duración permiten conocer la localización en el mar de cada ballena, con una frecuencia de varias posiciones al día. En la última década, el análisis de estos datos ha permitido comprender mejor los patrones migratorios de esta especie que cubren miles de kilómetros anualmente.
Temporada 2025
Durante el mes de septiembre, los especialistas de las diversas instituciones y organizaciones que son parte de este proyecto, colocaron, desde una embarcación, transmisores satelitales de última generación a 30 ballenas francas australes en el Golfo Nuevo, Península Valdés.
Los individuos monitoreados conforman un grupo representativo que incluye madres con cría e individuos solitarios.
Durante los meses posteriores a la marcación, los individuos son monitoreados para evaluar su estado de salud tras la colocación del dispositivo, esto se realiza hasta que inician sus viajes hacia las áreas de alimentación.
Cada animal es fotografiado y las imágenes luego son cotejadas con las del catálogo de fotoidentificación que lleva adelante el Instituto de Conservación de Ballenas/Ocean Alliance que contiene más de 5 mil ballenas conocidas, en algunos casos desde 1971. Cruzar la información de las rutas migratorias con las historias de vida de cada ballena permite relacionar sus registros previos con sus movimientos actuales, facilitando la comprensión de cómo ciertos factores, como el estado de salud, el sexo, la edad y la etapa reproductiva podrian influir en sus rutas migratorias.
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