Regionales

Los hechos y las interpretaciones

Según una definición, aceptada al igual que el del entendimiento, el discernimiento implica ver o reconocer un asunto llegando a distinguir los aspectos o componentes del mismo, sopesando y evaluando cada uno a la luz de los demás.

Si esto es así, es muy importante como se produce la interpretación de los hechos, en la medida en que ese entendimiento puede diferir en distintos grados del discernimiento de otro intérprete. Así las cosas no es para nada simple y fácil sacar una conclusión, acorde con aquellos hechos que nos pueden generar alguna perturbación. El entendimiento, por ejemplo, que el gobierno provincial realiza sobre la cuestión educativa será mirada a través de un prisma diferenciador del sindicato que nuclea a los docentes y también de los padres y de los alumnos. El análisis que puede hacer cualquier habitante de Trelew, sobre la situación de la ciudad en todos sus aspectos, seguramente será considerada por el señor Intendente desde otro punto de vista, lo que lo lleva a integrar un foro de ciudades inteligentes. También sobre ese hecho podrá haber distintas interpretaciones: algunos podrán sostener que ha ido para aprender, y luego aplicar, y otros que solamente para exponer las virtudes inteligentes de la ciudad que lo ha elegido para planificar su destino. Todo un tema cómo interpretamos los hechos.
Ahora bien, lo importante es qué podemos aportar para poder evaluar algunos aspectos, que ayuden a los demás que lo componen, y ello porque la reiteración de los mismos hechos necesitan un discernimiento o entendimiento común. En materia educativa la paralización de la actividad docente formal ya tiene una larga historia, a tal punto que ha alcanzado al actor principal: el alumno. No aquél que todavía no tiene bien definido el conocimiento y su importancia sino para quienes, ya con mayor libertad de opinión, descubren que ir a una escuela es para perder el tiempo o reiterar prácticas que se han convertido en aburridas. La opinión de muchos padres surge de los dichos de sus hijos que no desean concurrir a una escuela porque o no se sabe que puede pasar ese día, o solamente se toma mate o no se sabe que hacer. Hasta ese extremo hemos llegado, lo que ha convencido a muchos jóvenes que lo mejor es irse del país, buscando nuevos rumbos, ignorando que irse sin saber nada es cambiar de infierno. Esta interpretación del hecho educativo debería hacer reflexionar a todas las partes porque estamos patinando, los adultos, en el barro sin darnos cuenta que, aún moviéndonos, estamos descendiendo. Creo que en lugar de efectuar inversiones en aspectos que con seguridad la actividad privada podría concurrir a generar, por el provecho que podría obtener, el Estado debería volcar esos fondos en una de sus áreas esenciales, la educación y el conocimiento, a lo que está obligado.
El otro hecho, tomado como ejemplo de interpretación, está relacionado con la ciudad. Años tenemos de historia sin solucionar temas centrales: delincuencia, suciedad, laguna negra, falta de servicios, falta de iluminación, existencia de una economía popular que provoca mayor pobreza, planes sociales, falta de proyectos e inversiones etc, etc., pero el Intendente participa de un foro de ciudades inteligentes en el exterior. Si nos pusiéramos de acuerdo en el discernimiento seguramente podríamos aprovechar algún folleto que de ese foro será publicado, con menor gasto para una ciudad empobrecida, material y culturalmente. En el interín podríamos aplicar algunas soluciones para los graves problemas que tenemos. Digo, interpretando los hechos correctamente y con el consenso luego del debate en democracia se han llegado a resolver los problemas. ¿Será posible entre nosotros?
 

 

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