La amistad que las distancias y los años no pudieron vencer
Son tres amigos que, a 40 años de la gesta que los unió, se siguen viendo, no los ha podido separar ni las distancias ni las décadas, y hoy con sus familias, siguen compartiendo la amistad y los encuentros, el afecto y la vida, así como el amor a su país que un día los llamó a prepararse para defenderlo.
por REDACCIÓN CHUBUT 02/04/2022 - 14.44.hs
Viven en Comodoro Rivadavia, y Buenos Aires, y aunque sólo uno de los tres fue a la guerra, los demás estaban listos para su amada patria.
Luis Eduardo García (60) vive actualmente en Comodoro Rivadavia, donde el 3 de febrero de 1982, cuando tenía 20 años, entró como soldado al Comando de la 9ª Brigada de esa ciudad, sin saber que se avecinaba un conflicto bélico con Inglaterra que también lo podría tener como protagonista directo.
No obstante, se prepararon para pelear, aunque de una guerra solo sabían lo que en aquella época podían ver a través de una serie de televisión llamada «Combate».
Durante la instrucción, en la que le enseñaron a marchar, empuñar un fusil y disparar, conoció a otros dos soldados, Rubén Listorti y Adrián Andino, de Buenos Aires, que terminó llevando a su casa, como dos hermanos más. En ese hogar, recibieron el afecto de su madre, que los quería como a sus propios hijos, estando lejos de su casa, y tan cerca de una guerra y todo su horror. Ella los supo entender y los cobijó a todos.
En un testimonio para EL CHUBUT a 40 años de Malvinas, Luis contó su llegada al ejército y la «preparación» para la contienda: «Nos fuimos un mes y medio a un lugar que se llama El Trébol, que antes era un asilo de ancianos y solo quedaban las ruinas, a unos 15 km de Comodoro. La provincia lo había dejado de usar, y en ese lugar hicimos las instrucciones. No sabíamos ni disparar un arma. Nos enseñaron a marchar, nos dieron un fal (fusil de combate) a cada uno, un cargador, y que disparemos. Y eso fue la instrucción. Yo estaba estudiando el último año de la Enet y terminé cuando salí. Esta no era una unidad de combate, era administrativa, éramos soldados igual, pero del comando, que dirigía todo el regimiento de la zona,Comodoro, Río Mayo, Sarmiento. Acá en Comodoro estaba el Regimiento 8, el batallón logístico, y la compañía de comunicaciones, de la 9ª Brigada».
«NADIE SABIA QUE IBAMOS A IR A LA GUERRA»
«Tuvimos un mes y medio de instrucción, muy suavecita, nadie sabía que íbamos a ir a la guerra. A mediados de marzo volvimos a Comodoro (desde El Trébol). Éramos 60 soldados de Comodoro y 60 de Buenos Aires, y el 2 de abril nos dijeron que estábamos en guerra y que habían tomado las Malvinas. Yo había llevado a mi casa a dos amigos con los que nos hicimos amigos en El Trébol, eran de Buenos Aires. Mi mamá los quería mucho, y ella era como una mamá para ellos, eran parte de la familia. Y más o menos el 5 de abril, uno (Rubén Listorti) que era chofer del general Daer, que era quien conducía la Brigada en Comodoro, se fue a Malvinas el 10 o 15 de abril, con un grupo de 60 soldados, mientras que el otro (Adrián Andino) estaba en la parte de la radio y teléfono dentro del Comando, un centro de comunicaciones».
Transcurría la guerra y Luis estaba en una división que se llamaba Inteligencia, Estado Mayor, era el soldado de esa división y hacía guardia día por medio. Como la mitad (de los 120 que se formaban en El Trébol) se había ido a Malvinas, la otra hacía guardia recargada, y en ese período seguían preparándose para ir al archipiélago: «Se corría el rumor que, si todo iba más o menos bien, los 60 que habían ido, iban a volver y nos íbamos a ir nosotros, otros 60, pero eso no ocurrió. Y el 25 de abril más o menos, los trajeron de vuelta, porque hubo un problema, un altercado entre el general de la Brigada (Daer) y el general Menéndez, el gobernador de Malvinas, y Daer se trajo a su tropa. Estuvimos en guerra hasta junio, y pendientes en todo momento que nos mandaran a Malvinas, y no nos mandaron nunca. Nosotros estábamos dispuestos a ir, uno tenía el sentimiento de defender la patria», evoca Luis García. «Yo me quedé hasta marzo del ’83, que me dieron de baja».
La familia de Luis en aquellos años la integraba su mamá, su papá, un hermano al que le llevaba siete años, su abuela y un tío, y claro, Rubén y Adrián. Hoy está casado, tiene una hija, una nieta y su padre de 88 años. La relación con sus amigos, que terminaron sumándose a su familia, no se interrumpió nunca, solo las visitas físicas mientras lo permitían las distancias. «Con todos los compañeros de colimba seguimos teniendo contacto, un grupo grande de 7 u 8 que va a venir para el 2 de abril para recordar los 40 años de Malvinas, más unos 40 de acá de Comodoro con los que tenemos contacto. Tenemos un vínculo muy grande, nos queremos mucho. Malvinas nos une, a pesar de no haber ido la mitad de nosotros». Con Rubén y Adrián, se vieron por última vez el año pasado en Buenos Aires, donde tomaron la foto que acompaña esta nota. También se juntaron hace 10 años en Comodoro para los 30 años de la gesta, y seguirán haciéndolo en cada aniversario y acontecimiento que los convoque, porque el vínculo desde aquella guerra a la que fueron llamados, se mantiene inquebrantable.
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