Regionales

Cómo vivieron los madrynenses la guerra de Malvinas

EL CHUBUT dialogó con algunos vecinos que durante la guerra de Malvinas estaban viviendo en Puerto Madryn y, cada uno de los testimonios, recuerda que fue una época con mucha incertidumbre de lo que fuese a pasar en la ciudad y con temor a los ataques.

por REDACCIÓN CHUBUT 02/04/2022 - 15.07.hs


En uno de los testimonios, la vecina Mirta de Di Loreto relató que hoy, como hace 40 años, sigue recordando para esta época esos días con mucha tristeza y dolor como si no hubiera pasado el tiempo. “Vivía en un departamento que Aluar prestaba a sus empleados venidos desde otros lugares del país, con dos hijos pequeños (de aproximadamente dos y cuatro años) y un marido que realizaba turnos rotativos, de mañana, tarde y noche”, relató.
En su relato, Mirta de Di Loreto destaca que el turno noche era el peor porque, al llegar el anochecer, comenzaba a sonar  una sirena, se apagaban las luces del exterior y en el interior debían tapar puertas y ventanas para que no se filtrara ningún haz de luz, mientras se escuchaban los gritos de los hombres que controlaban que no se viera nada.
“Mientras tanto, encerrados en la pieza esperando que pasara el tiempo y pendientes de los ruidos exteriores, jugaba con los niños hasta que se dormían. Era el momento  de escuchar la radio que transmitía las novedades sobre la situación, pero generalmente informaban como si los avances bélicos fueran favorables a los argentinos y contáramos con las mejores armas, cuando la realidad era otra”.
“Lo más triste era conversar al día siguiente con los vecinos y tratar de razonar  sobre la diferencia entre la potencia inglesa y la nuestra. El tiempo nos mostró el triste resultado de una guerra inútil, desigual e injusta”, finalizó Mirta.

 

“BUSCABAMOS A LOS SOLDADOS PARA LLEVARLOS A NUESTRAS CASAS A ALMORZAR”
Por otro lado, las profesoras María Julia Paz y Paula Sambeth relataron que en ese entonces tenían entre 14 y 15 años y la ciudad estaba llena de soldados porque Madryn era un paso intermedio entre Buenos Aires, Bahía Blanca, Comodoro y Río Gallegos, e incluso muchos soldados, antes de ir a la guerra esperaban a que los llamaran en unas gamelas que estaban enfrente del Storni.
“Recuerdo que los domingos pasábamos a buscar a algún soldado para llevarlo a nuestras casas, para que pudiera recibir algún almuerzo familiar. En las casas hacíamos que se comunicaran por teléfonos con sus familias que estaban en otras partes del país, muchas veces veíamos mucha emoción en esos chicos porque eran todos muy jóvenes”, recordó Sambeth.
En ese sentido, relató que una noche hubo alerta roja, se dice que un helicóptero inglés anduvo cerca de Madryn. “Yo me encontraba con mi hermana atendiendo el kiosco del anterior cine cuando llegó mi papá muy asustado a buscarnos. Nos fuimos corriendo por el medio de la calle hasta mi casa, a unas 10 cuadras”.
“El mayor desembarco de soldados se hizo en Madryn. Acá los soldados prisioneros de guerra bajaron en el Muelle Storni, cruzaron la ciudad y fueron recibidos como reales héroes. Recuerdo que yo vivía en el barrio Aluar y estuvimos en la bajada de la calle Domecq García toda la tarde pasaban camiones y colectivos llenos de soldados. Con mi familia llevamos la bandera argentina que teníamos en casa y en una pasada un excombatiente nos la pidió y como agradecimiento nos dio un guante que él había usado en la guerra. De pronto pasó un churrero y entre todas las familias que estábamos ahí le compramos todo lo que tenía y armamos bolsas más chicas, se notaba que había hambre”.
 

 

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