Un relato de tiempos pasados por Mafalda Abraham
Miembro de una de las familias pioneras de Trelew, comparte sus recuerdos y vivencias en el antiguo centro comercial de la ciudad. A través de sus relatos, exploramos la historia de los negocios y calles que dieron forma a Trelew. Mafalda también nos relata un recuerdo especial de su infancia que ilustra cómo han cambiado los tiempos.
por REDACCIÓN CHUBUT 01/10/2023 - 16.41.hs
El centro comercial
“Siempre recuerdo con mucho cariño el centro de Trelew. Me acuerdo mucho de La Media Luna, del turquito Alejandro Abraham, mi papá. Había una placa que decía: A Abraham, Ramos Generales y Acopio de Frutos del País… Yo la limpiaba con Brasso para que quede bien brillante. Quedaba en 25 de mayo 72. Lo mejor era La Anónima, después estaba, al lado nuestro, la relojería Abad, después había en la esquina un tipo bazarcito de un tal Cohen. En la esquina del pasaje, la Carnicería de Torrejón, de Agustín torrejón. En la esquina estaba la sastrería Nuevo. Frente al Touring, Farmacia Margara. Al lado del Touring, un poquito más allá, una casa muy cheta, que se llamaba Casa Thies. Siguiendo la Media Luna de Alejandro Abraham, en la esquina, se encontraba Casa Ojeda. Y en frente, el Hotel Elicegui. Allí iba todo el mundo a tomar su copita a la noche y al mediodía, entre ellos, mi papá. Al lado de la Capilla Galesa estaba la Bella Italia de Celli, donde se jugaba a las bochas. Y al lado, La Aguada de Don Pepe. El único cine era el Verdi. Después estaba la escribanía donde vivían los Oroquieta. También estaba la Casa Amarilla, Casa Meyer, el Banco de Londres. Bianchi Bones, La Ciudad de París, Monají, y creo que eran todos”.
Los valores de la familia
“Las calles… la 25 de mayo donde yo viví era lo mismo que ahora, lo único es que era de tierra. Guardo el recuerdo de la Media Luna, donde vivía con mi papá. Se usaba mucho estar en la puerta también, y mirar a las parejas que paseaban. Era todo muy tranquilo, un barrio sereno, poco movimiento. Pasaban las parejas agarraditas, aunque era casi imposible que vos te agarres del brazo con tu novio. Era muy tranquila la vida. Y muchos acontecimientos familiares. Se vivían otros valores, los valores de familia”.
Mi recuerdo Preferido. El día que se puso los pantalones
“El mejor recuerdo que tengo fue cuando era pequeña, yo tendría 7 años. A mí siempre me gusto mucho el teatro y era muy caradura para eso. Entonces yo nunca pronuncié la ‘r’ y la directora de la Escuela N.º 5, Elvira, fue a ver a la hermana de Ángela Molineri, no me olvido más, para pedirle que dijera un monólogo en la velada del 24 de mayo. Sí, como no, dijeron las monjas. Ese es un recuerdo que no me voy a olvidar nunca. Resulta que era el monólogo ‘Yo soy Rodolfito’ y me meten pantalón, porque era varón, me peinaron a lo varón, pantalón de varón hasta la rodilla, y ahí ‘yo soy Rodolfito de acá, y Rodolfito de allá’. Aplausos. Pero las monjas se enojaron. En aquel tiempo, ponerse un pantalón era una locura, se enojaron porque me había vestido de varón. Ese es uno de los recuerdos que no me olvido, se enojaron las monjas. Cómo cambió el mundo…”.
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