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"Peligra Atucha III" por Juan Vernieri

     La crisis económica que se cierne sobre China amenaza con tumbar su crecimiento para este año y pone en peligro la iniciación de la obra de energía nuclear contratada con Argentina. 

     El 1 de febrero NUCLEOLECTRICA ARGENTINA S.A. suscribió con la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), un contrato para la instalación, llave en mano, de un reactor Hualong One, de diseño totalmente chino en la localidad de Lima, junto a los dos reactores existentes, Atucha I y II.

 

       El inicio de la obra está condicionado a la obtención de la financiación del 85 % que se espera de los bancos chinos. La obra demandará la inversión de US$ 8.300 millones, y cuyo contrato final de financiación se espera firmar antes de fines de año, para comenzar las obras a comienzos de 2023.

 

       Ahora llega una mala noticia: cada vez más créditos otorgados por Pekín a varias naciones, en el marco de su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, no pueden ser satisfechos por los países beneficiarios. Desde 2013, China ha invertido cerca de 840.000 millones de dólares en la construcción de pavimentos, puertos, represas y plantas de energía en diversas partes del mundo. El objetivo de este "proyecto del siglo”, es político, y no económico. En consecuencia, los créditos fueron otorgados con criterios políticos corriendo riesgos.

 

       El Financial Times informa que cada vez más países piden ahora moratorias, porque no pueden pagar sus créditos. En Asia, África y América Latina, las economías han sufrido el golpe del COVID-19. Según un estudio del instituto de investigaciones Rhodium, de Nueva York, actualmente están en la cuerda floja unos 118.000 millones, un 14 por ciento del volumen total de créditos.

 

       En no pocas ocasiones, China otorga, nuevos créditos, con lo que agrava su propio problema. Si bien la crisis descripta tiene orígenes externos, también hay causas internas. El sector inmobiliario y el bancario estaban poco o mal regulados, lo que llevó a excesos crediticios y manipulaciones. Compromisos asumidos en el sector inmobiliario no fueron satisfechos

 

        Ahora que ambas crisis se han fusionado, al presidente Xi Jinping no le queda otro remedio que ocuparse de la gente que ha perdido sus ahorros. 400.000 personas fueron estafadas en Henan, a las que el gobierno les dará una compensación insuficiente. Las protestas que se extienden en todo el país son una novedad; a esas personas no les importan ya las desventajas que les pueda reportar su protesta.

 

       Xi Jinping llegó en 2013 con la promesa de combatir la corrupción. Diez años más tarde, se evidencia que ésta y los malos manejos económicos siguen imperando. El Covid se ha añadido lo que ha contribuido a dar por tierra con los indicadores económicos

 

       Por el momento, Xi Jinping parece decidido a resolver todos los problemas con dinero. Pero, en vista del gigantesco volumen financiero que podría devorar la triple crisis china, no se puede descartar que se llegue a utilizar la violencia contra la propia población. En todo caso, la clase media, cuya seguridad social peligra, podría desatar protestas como no se veían en el país desde 1989.

 

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